domingo, 29 de mayo de 2011

PATIOS DE VIANA

Del museo Palacio de Viana declarado en 1981 por real decreto, Monumento Histórico Artístico Nacional, solo quiero resaltar lo que a mí particularmente me gustan sus patios, y no es que no me guste el resto, no es eso, reconozco su valor arquitectónico. Del siglo catorce  época medieval moderna. Durante su construcción se encontraron restos creen, de un edificio romano, como no, El museo palacio de Viana está enclavado en el popular barrio de Santa Marina, nombre que ya recibía el barrio en el siglo trece, cuando Fernando tercero el Santo, mando construir la iglesia que dio nombre no solo a esta, sino a todo el barrio, cosa muy común en aquella época, que los barrios llevaran el nombre de las iglesias, véase barrios como San Francisco, San Pablo, San Andrés, San Lorenzo, Santiago, o San Pedro etc.
Tras numerosas restauraciones y ampliaciones, el edificio llega a disponer de unos seis mil quinientos  metros aproximadamente, de los cuales unos cuatro mil son patios y jardín. Maravillosos  patios diría yo.
La fachada, de estilo marienista haciendo rincón, la mansión, aun siendo austera tiene empaque, o lo que es lo mismo es muy señorial, en realidad toda la casa es una delicia, pero me quedo con sus bellos patios, de los que disfruto a menudo sobre todo en primavera, aunque siempre están maravillosos  Abril y Mayo  podemos decir sin temor a equivocarnos que son los más exultantes en cuanto a la explosión de colores y olores, que tanto agradecen nuestros sentidos.
PATIO DE RECIBO. Puede que sea el más señorial de todos por el pórtico que recorre sus cuatro lados, con arcos de medio punto, soportados por columnas de piedra amarilla, que forman una galería con suelo de ladrillo rojo, decorada con grandes macetones y enormes ánforas sembradas con elegantes plantas de sombra, como los helechos, la costilla de Adán , aspidistras, plantas que allí adquieren unas dimensiones extraordinarias, algunos bancos de madera antiguos, donde se puede descansar admirando el patio embelesados. En el centro del patio, se eleva majestuosa, una impresionante palmera rodeada de un nutrido surtido de plantas de diversas especies y flores de múltiples colores, las paredes y arcos bordeadas por las trepadoras. No cuesta mucho imaginarse a personajes de otra época entrando y saliendo, en carruajes, y recibidos por los dueños con todo boato, y a los numerosos servidores corriendo de un lado para otro recibiendo órdenes, arreglando la casa con especial esmero, preparando suculentas comidas, que llenan de deliciosos aromas los patios colindantes a la gran cocina, de la  casa.
Como dijo Antonio Gala, SI LAS PIEDRAS HABLARAN, cuantas historias podrían contar, esas piedras y paredes de la casa y sobre todo de sus patios ajardinados. Historias de amores, y desamores, de sueños e ilusiones, de rumores e intrigas, de acuerdos y desacuerdos, donde los personajes de la historia, pasaban por todas las clases sociales, desde los cortesanos, hasta la servidumbre, que en definitiva eran los que mantenían la casa palacio en condiciones óptimas de habitabilidad, cualquiera de ellos podría tener una historia digna en menor o mayor grado de interés, tanto o más que las de sus señores.

PATIO DEL ARCHIVO. Es interior, y el nombre le viene dado, porque a él dan las ventanas que custodian el archivo histórico de la casa (que interesante seria visualizarlo). El patio es cuadrado, sus paredes blancas contrastan con el verdor de sus plantas, petunias, calas, dama de noche, y  en las esquinas los parterres arropan a los naranjos mandarinos, en el centro una fuente con surtidor, decorada de elegantes azulejos sevillanos,  (que a mi tanto me gustan).
PATIO DE LA CAPILLA. Llamado así porque en él estuvo la capilla de la casa, en esa época no había casa señorial que se preciase que no tuviera su capilla particular, (faltaría más) lógicamente la gente acomodada estaba mucho mas con el clero  (que siempre  arrimándose al sol que mas calienta) el patio tiene dos lados porticados, y podríamos decir que es un pequeño museo arqueológico, por las numerosas piezas que contiene, como mosaicos romanos, capiteles, fustes barrocos, fragmentos de atauriques árabes ect . Es un patio recogido y umbrío,  adornado de naranjos y limoneros que se juntan entre sí, en el centro una fuente con surtidor rodeada de frondosos helechos. (Su efecto es relajante e  invita a meditar).
PATIO DE LA CANCELA. Recibe ese nombre, por tener una cancela que da al exterior, lo que permite al viandante contemplarlo desde la calle, la fachada del patio es neoclásica tiene tres arcos  revestidos de ladrillo que lo comunican con una galería, donde alternan las macetas de filodendros con algunos capiteles romanos, su pavimento enchinado como casi todos, en el centro un surtidor, cuya taza barroca fue la pila bautismal de una parroquia, esta arropada por una serie de macetas de cenerarias de hojas cenicientas aterciopeladas, en uno de sus laterales los rosales de pitiminí en primavera, forman un manto de pequeñas flores amarillas, que cubren sus nobles paredes.( Parece sacado de un cuadro impresionista).
PATIO DE LOS JARDINEROS. Es alargado y estrecho, el testero frontal está revestido de plumbago, yo lo llamo jazmín azul, no tiene olor pero está todo el verano echando ramilletes de flores de un bonito color azul de un celeste tirando a indigo, con el que tapizan el largo testero. (Es muy decorativo, y  normal verlo en casi todos los patios de Córdoba).
PATIO DEL POZO. Cómo su nombre indica, en el se encuentra un inagotable pozo, incluso en época de sequia, los geranios, gitanillas, jazmín y alegría de la casa, al fondo una frondosa buganvilla de color salmón, es un patio bello en su sencillez. (Este patio enlaza con el siguiente).
PATIO DE LA ALBERCA .Un estanque o alberca, hacen que este patio sea muy relajante, medio oculto por un seto de ciprés, se encuentra un antiguo invernadero, donde se desarrollan las plantas jóvenes antes de su traslado definitivo a los patios por las expertas manos de los jardineros,  boneteros, laurel, hierba buena, albahaca, salvia, verbena, petunias ect de este patio se surten los demás, al lado de ese patio esta el jardín de estilo francés, totalmente cuadrado con fuente central, en el crecen rosales de todos los colores, hortensias de grandes proporciones, adelfas, palmeras datileras, naranjos y limoneros, celindas, y toda clase de plantas que se pueda tener en un jardín, destaca una centenaria encina, que sobrepasa los tejados y en el centro de ese vergel una fuente de piedra con surtidor.
PATIO DE LA MADAMA. Debe su nombre, a la estatua  que hay en la fuente,  representando a una hermosa joven con un cántaro de agua apoyado en la cintura,  del que mana un surtidor, la fuente esta surcada por un seto de ciprés con forma de corona. (Este patio incita a las confidencias pues resulta muy íntimo).
PATIO DE LAS COLUNNAS. Rectangular, muy espacioso, en el se celebran actos sociales,  conciertos, teatro, y recitales de poesía, en época de buen tiempo. A la izquierda un largo pórtico de arcos sostenidos por columnas con grandes ventanales enrejados que dan al jardín. En el centro del precioso patio, tres pequeñas fuentes adornan dos estrechos estanques de agua cristalina con sonoros surtidores, rodados de delicadas plantas de agua que rodean ambos estanques, su pavimento de artístico enchinado cordobés, sus paredes encaladas, y bellamente adornadas con diferentes especies de trepadoras. Al fondo un bonito porche con columnas que sostienen un bonito tejado rematado con la típica teja árabe tan común en nuestra Córdoba, sobresale tras el tejado la torre de San  Agustín, que parece mirar complaciente, estos bellos patios.
PATIO DE LAS REJAS. De forma rectangular debe su nombre a las tres ventanas que se abren a la calle, para delicia de los transeúntes, que no pueden ni quieren, pasar de largo. Sus muros tapizados de verdes parterres de naranjos, laureles, y damas de noche, en el centro una fuente de mármol con surtidor. Rodeada de cenerarias, llamadas marítimas, pues dicen huelen a mar, (que bonita definición).
PATIO DE LOS NARANJOS  Y  PATIO DE LOS GATOS. Estos dos últimos, más pequeños y humildes, comparados con los demás, ya que eran los del servicio, donde estaban las cocinas y las pilas de piedra donde se lavaba la ropa, y se tendía. Son por eso  más parecidos al común de los patios de las humildes casas de vecinos de Córdoba, como en la que yo me crie, donde se hacía vida en común, y se compartía lo poco que se tenía, el patio era el centro de reunión, de fantásticas tertulias en las noches de verano, acompañadas del perfume a dama de noche y jazmines, de problemas compartidos, de juegos, cantos y risas,
PATIOS, INSPIRACION DE PINTORES Y DE MUSICOS, PATIOS,  PEQUEÑOS JARDINES PERFUMADOS, PATIOS, ALIVIO DE HOMBRES Y MUJERES AL TERMINAR LA JORNADA, PATIOS, ELEGANTES, PATIOS HUMILDES, TODOS  BELLOS Y DELICIOSOS.

  

viernes, 13 de mayo de 2011

GRACIAS A LA VIDA

Cuando nació mi hijo pequeño, y pasaron unos meses, decidimos bautizarlo,  igual que  a su hermano mayor nuestro primer hijo Paco, “era la costumbre “como tenemos la suerte de tener un amigo sacerdote, de los que yo llamo de los buenos, de los comprometidos con los problemas de la gente, honesto y sensato, pues bien nos hacía ilusión  bautizarlo en el campo, al aire libre, otros buenos amigos Lucí y Miguel  nos ofrecieron su casa, esta está situada en plena sierra de Córdoba en un entorno privilegiado. Juan nuestro amigo sacerdote, estuvo de acuerdo, pusimos una fecha y lo preparamos todo. Era un esplendido día de verano, y como en Córdoba los veranos son muy calurosos  decidimos hacerlo  a la caída de la tarde. 

Improvisamos un bonito altar, con una mesa  alargada  que cubrimos con una sábana blanca, y un mantel de hilo con preciosos encajes, encima del improvisado altar pusimos un candelabro, de plata que alguien nos presto, y también una bonita fuente igualmente de plata, en el otro extremo un bonito ramo de flores blancas, delante, y a ambos lados unos macetones de helechos y  de  la costilla de Adán, plantas de un verde intenso y muy decorativo. El entorno no podía ser mejor, además de las vistas, estábamos rodeados de una naturaleza salvaje, arboles como el pino, las encinas, eucaliptos, arbustos como el lentisco, el romero, el arrayan, los madroños, y todas las variedades de jara que tenemos en nuestra hermosa sierra, y que podemos disfrutar a  tan solo unos minutos de Córdoba, el cielo lucia de un intenso azul.

Estábamos toda la familia, muchos buenos amigos, algunos con sus respectivos hijos, el ambiente era sumamente agradable. Juan el sacerdote, comenzó la ceremonia con unas hermosas palabras, diciendo la importancia de los padres en la educación de los hijos,  para que sean buenas personas por encima de todo, acto seguido puso una cinta en el magnetofón, dé pronto comenzó a sonar una bonita música seguida de una   maravillosa voz, la canción era Gracias a la Vida, todos los allí presentes guardamos un silencio absoluto, y aunque  ya conocíamos algo la canción nunca habíamos apreciado su contenido, y no sé si fue el entorno, mezclado con los olores de los  jazmines que empezaban abrir, el cálido atardecer, pero lo cierto es que todos escuchamos en silencio y muy atentos, y a medida que avanzaba la canción se reflejaba en nuestros rostros la emoción, nos pareció que esa canción  era  un canto a la vida, a la naturaleza, un  maravilloso canto de agradecimiento, por ser lo que somos.

Gracias a la Vida que me ha dado tanto. Sonaba la voz impresionante de Mercedes Sosa, solo interrumpida por los trinos de algunos pájaros al sobrevolarnos, y cosa curiosa hasta los niños guardaban silencio, como si intuyeran que esas palabras pudieran ser el emblema que riguiera sus vidas, palabras sencillas que nos enseñan a valorar lo verdaderamente importante.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Medio dos luceros que cuando los abro.
Perfecto distingo lo negro del blanco.
Y en el alto cielo su fondo estrellado.
Y en las multitudes al hombre que yo amo.

Al despertarnos lo primero que hacemos es abrir los ojos, algo tan simple y rutinario y no nos paramos a pensar  en lo importante que es, nos levantamos sin tropezar, porque vemos por donde pisamos,  y nos miramos al espejo para asearnos, y sabemos cómo es nuestro rostro, abrimos la ventana y miramos al cielo, y a las calles, y a las gentes, los campos con su abanico de colores, de diferentes tonos de verdes, de alfombras de colores, en primavera, y dorados en verano y ocres y rojizos en otoño, también, nos deleitamos con el cromatismo del mar, y podemos leer libros maravillosos que nos trasportan a otros mundos a otras vidas, y tantas cosas más, pero sobre todo podemos ver las caras de nuestros seres más queridos. Somos Afortunados. 

Gracias a la Vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que en todo su ancho.
Cada noche y días, grillos y canarios,
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos.
Y la voz tan tierna de mi bien amado.

No, no nos damos cuenta de  que podemos escuchar, las palabras cariñosas de nuestro compañero, la de nuestros hijos, desde que empiezan a balbucear, y damos gracias, por su inocencia, y oímos con deleite nuestra música preferida, y nuestras canciones, los ruidos de la calle, escuchando hemos aprendido todo porque oíamos  las explicaciones, de nuestros padres y maestros, y podemos distinguir las voces unas de otras. Somos afortunados.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario.
Con él las palabras que pienso y declaro.
Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando.
La ruta del alma del que estoy amando.

No nos damos cuenta, que podemos andar, porque es nuestra rutina, porque lo  hacemos a diario, subimos y bajamos escaleras, andamos por calles y plazas, paseamos o corremos por la playa, pedaleamos en la bicicleta, nadamos, igualmente con nuestras manos y brazos, acariciamos  y abrazamos, y al hacerlo sentimos un goce especial y tantas y tantas cosas, que no sabemos valorar. Somos afortunados.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados.
Con ellos anduve ciudades y charcos.
Playas y desiertos, montañas y llanos.
Y la casa tuya tu calle y tu patio.

Nuestro corazón late, estamos vivos. Sentimos que se ralentiza, cuando dormimos, y que se agita cuando nos emocionamos, nos duele cuando sufrimos, se desboca cuando hacemos el amor con la persona amada, es el motor de todas nuestras emociones, lo tenemos dentro, y no nos damos cuenta. Somos afortunados.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Medio el corazón que agita su marco.
Cuando miro el fruto del cerebro humano.
Cuando miro al bueno tan lejos del malo. 
Cuando miro al fondo de tus ojos claros.

Podemos reír, y la risa nos alegra la vida la vida, es tan importante, saber reír, y saber reírse de uno mismo,  tomarse la vida con filosofía, y sentido del humor, no dar demasiada importancia a lo que realmente no la tiene, cuando hay tantas tragedias en el mundo, y tanta gente que lo pasa mal, no podemos y no debemos, creer que nuestros pequeños contratiempos, son importantes, tenemos el don de poder llorar, bendito llanto, que nos alivia las penas, aunque sigan dentro, son el bálsamo que las suaviza, también lloramos de alegría y felicidad, en ese  caso nuestros ojos adquieren un brillo inusual, lloramos, reímos. Somos afortunados.

Gracias a la vida, que me ha dado tanto,
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así  yo distingo dicha de quebranto.
Los dos materiales que forman mi canto.
Y el canto de ustedes que es el mismo canto.
Y el canto de todos que es mi propio canto.
GRACIAS A LA VIDA

Terminado el acto del bautismo, tan emotivo e inolvidable por lo inusual, volvió la algarabía, los niños jugando y corriendo, los mayores de agradables tertulias, comiendo y bebiendo como   no podía ser menos, pronto se nos hizo de noche, y si el atardecer fue sumamente  agradable, la noche no lo fue menos, bajo un cielo estrellado la temperatura ideal, buenos amigos, buenas conversaciones, buena comida. Fuimos afortunados.

Aquel día de tan gratos recuerdos y sobre todo, aquella canción, marco una máxima en mi vida, no hay un solo día que al despertar no de gracias a la vida, por vivir un nuevo día.